Paul for Prime Minister of Spain!

sábado, 7 de agosto de 2010

Bicho malo nunca muere


Recientemente, el presidente iraní, Ahmadineyad ha sufrido un atentado desde el que, por supuesto, acaba de resultar ileso.

Queremos recalcar ese "por supuesto" que aparece en el párrafo anterior:

¿No han notado ustedes, queridos lectores, que es tremendamente frecuente que todos los sátrapas, dictadorzuelos y perdonavidas del mundo salgan continuamente ilesos de atentados y, además, se les otorgue el don de una larga vida?

Veamos diversos ejemplos:

El dictador y torturador chileno Augusto Pinochet, amén de librarse de diversos atentados, gozó de una larga vida que le llevó a enfrentarse al Juicio de Dios a una extrema vejez.

Sin ir más lejos, el general Franco, murió de viejo en España (por cierto, sin que los aguerridos "luchadores antifranquistas" de la actual democracia hubieran hecho nada en absoluto por intentar derrocarle...).

Trasladándonos de nuevo a Oriente, recordemos también a Yaser Arafat, otro asesino, líder de grupos terroristas, que vio recompensada su "ilustre" vida, con una prolongada vejez, gran riqueza y hasta un premio Nobel. También se libró de múltiples atentados, por lo que se decía que estaba bendecido por la baraka (='suerte').

El mismo Hitler, increíblemente, se libró de una segura muerte cuando le estalló una bomba bajo una mesa en el momento en que se reunía con sus generales. Seguramente hubiera llegado también a senil viejo si no se hubiera suicidado (suponiendo que, en realidad, se suicidase, y no se hubiera ido a vivir sus últimos días a algún país del Río de la Plata, como algunos investigadores creen...).

El ayatolá Jomeini murió también de anciano, después de haber insuflado el veneno del islamismo radical a toda la humanidad y de haber provocado una sangrienta guerra entre Irán e Irak.

Los ejemplos sería innumerables, pero parece que hay algo que siempre protege a todos estos asesinos... como si Dios quisiera tenerlos lejos el mayor tiempo posible...

...O como si no fuese Dios el que ordenase el devenir del mundo.

Existió una secta cristiana, en los primeros siglos de nuestra era, denominada gnosticismo, que pensaba, entre otras cosas, que Dios se desentendía del mundo y que nuestra realidad, en verdad, estaba dominada por un dios inferior, Satán, que era el que movía los hilos de todo.

En uno de los cuatro evangelios canónicos -el de San Juan-, denominado por algunos como "el evangelio gnóstico"- se ponen en boca de Jesús unas palabras en las que llama a Satanás "el Príncipe del Mundo".

Los cátaros, al sur de Francia, recogerían en la Edad Media parte de dichas creencias gnósticas.

Desde luego, si nos ceñimos a los hechos, deberíamos pensar si estas gentes no tenían razón y Dios -o quien sea que dirija el mundo- en realidad protege a los malos, o premia la maldad.

Como bien dice el refrán español: "Bicho malo nunca muere".

Agradecimiento al Filóloco

Quisiera expresar mi agradecimiento al Filóloco -cosa que debiera haber hecho antes-, por invitarme a participar en su conocido blog, invitación que, por supuesto, acepté, dadas las afinidades ideológicas que nos unen.

Desde aquí le deseo una feliz andadura por estos ignotos caminos de Internet, en los que uno se puede encontrar de todo...

Así que, queridos, amigos, a partir de ahora, me podréis encontrar también en el mencionado blog, como vosotros queráis. A vuestro gusto.